jueves, 18 de junio de 2009

Su piel es tan blanca que pareciera como si la menor brisa pudiera romperla, cortarla.
Se ve tan frágil. Tan delicada.
Es tan blanca su piel que creo poder ver sus venas, sus vasos capilares, sus células.
Es tan blanca su piel que pienso que si la besara en la mejilla izquierda, mi beso le haría doler e incluso sangrar.
Su piel es tan blanca que me da asco.

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