lunes, 26 de octubre de 2009

Mi deseo es tan grande
como solo los deseos pueden serlo
como solo un ave es un ave
y un reptil, eso.
La pequeñez es opuesta al deseo,
ya que de él dependen la esencia y el bien.
Una mente brillante puede ser a la vez pequeña,
si a causa de su cercanía a la perfección
el anhelo consiste en una lana más.
Mi deseo va más allá
y me fortalece.
Mi deseo incluye lo que la mirada
incrédula de un puente sobre un campo,
libre de esas horribles flores;
lo que observan todos y nadie ve,
lo que detiene todo menos a mí.
Este deseo es de los que duelen
como solo los deseos pueden doler.
Es esa fuerza antagónica y protagónica
que padecen los que nunca triunfaron.
No es correcto decir que me atrapa,
atrapar es algo predecible pues,
y el deseo es lo impredecible.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Malena

Cómo expresarte si sos tan absoluta
que me devora el paroxismo de solo pensarte
y que ni un millón de alejandrinos podrían abarcar
la descripción de una sola de tus virtudes

Si todo lo que puedo decir roza o traspasa o choca
o genera o enhebra
ordenes sacarosos que me sonrojan de suponerlos
fieles ejemplos de cursilería mal llamada romántica

Solo puedo decir, entonces, que sos el infinito
(el único posible)
y que deseo que la lluvia de mis defectos
no te moje
no te manche
no te harte

Me salvaste, me enviaste por el sendero que conduce al reencuentro
con la vida con la pasión
conmigo, en fin (o en principio)

Cómo no amarte si la existencia
se me sale como el aliento
por la boca, cuando tu tersa humanidad de
transparente animalidad
me sublima la metafísica,
cuando el verde paisaje de tu alma se hace presente
en tus ojos que me miran
como nunca nadie me ha mirado

Creo que solo puedo decirte
que el temporio no ha de alcanzarnos
si estamos juntos,
o por lo menos eso es lo que siento
y lo siento con toda esa pureza y dignidad
que me otorgaste al besarme
ese millón de veces en casa beso,
esa eterización establecida como una emancipación
en cada pedazo de perfección que
empecinadamente me regalás
una vez y otra más
hacia lo eterno y lo profundo,
hacia lo que somos vos y yo:
la concreción de las interminables
partículas de la existencia.