martes, 30 de marzo de 2010
domingo, 14 de marzo de 2010
La ruina del mediocre
Blandiendo de una impostación
te ví de dientes pardos
semilla de los débiles
sencillo apostrofario
Con tus falanges y su canario
si se finge tu rebelión
yo soy de escudo y sin espada
porque creo en la palabra
y a pesar
de no ser de papel quemado
puedo pesar el cuerpo de lo justo.
Unos ojos como de buitre
como de mendigo desgraciado entrado en años
unos ojos con desniveles y
cierto sabor a falsedad
acariciando por encima de los pelos
de las cabezas de los cuerpos
casi a desgano.
Ése, pensé al verte por primera vez
Ése es mi enemigo
te ví de dientes pardos
semilla de los débiles
sencillo apostrofario
Con tus falanges y su canario
si se finge tu rebelión
yo soy de escudo y sin espada
porque creo en la palabra
y a pesar
de no ser de papel quemado
puedo pesar el cuerpo de lo justo.
Unos ojos como de buitre
como de mendigo desgraciado entrado en años
unos ojos con desniveles y
cierto sabor a falsedad
acariciando por encima de los pelos
de las cabezas de los cuerpos
casi a desgano.
Ése, pensé al verte por primera vez
Ése es mi enemigo
lunes, 8 de febrero de 2010
escribo para no morir, para no ahogarme en la estolidez del mundo
porque recibí besos que me dolieron
y lágrimas partidas en dos
(una mitad en cada ojo)
y porque lo que puedo dar todavía no lo he dado
porque la inspiración no me debe encontrar sin hacer nada,
la inspiración
conviene que me agarre trabajando
(y eso es de un amigo)
escribo para recordar con palabras
lo que no he vivido con mi cuerpo,
para trazar caminos
líneas punteadas
y flechas de colores,
tratando de delimitar lo que vendrá o lo que fue,
lo que, siendo una cosa u otra, será o fue presente
escribo porque vivo, porque muero, porque existo
escribo para saber cómo se siente la piel del dictador
del vagabundo
o de la mujer recién casada,
para poder vivir más de lo que me toca
escribo porque estoy vivo.
porque recibí besos que me dolieron
y lágrimas partidas en dos
(una mitad en cada ojo)
y porque lo que puedo dar todavía no lo he dado
porque la inspiración no me debe encontrar sin hacer nada,
la inspiración
conviene que me agarre trabajando
(y eso es de un amigo)
escribo para recordar con palabras
lo que no he vivido con mi cuerpo,
para trazar caminos
líneas punteadas
y flechas de colores,
tratando de delimitar lo que vendrá o lo que fue,
lo que, siendo una cosa u otra, será o fue presente
escribo porque vivo, porque muero, porque existo
escribo para saber cómo se siente la piel del dictador
del vagabundo
o de la mujer recién casada,
para poder vivir más de lo que me toca
escribo porque estoy vivo.
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